martes, 1 de diciembre de 2009

Comentario Personal: Diego Rodríguez D.


Profesor: Anónimo. Todos llegamos temprano y cinco minutos tarde apareció una sombra de un largo saco negro y una alta figura mismo estilo Freddy vs Jason. Sin inmutar palabras, se sentó y la puerta golpeó para acelerar los latidos de los indefensos alumnos presentes.

Dicha presentación es poco cercana a lo que siguió en el curso, un curso de comunicación en el que la palabra, o en este caso la escritura, es nuestra mayor herramienta.

La creación de un blog se adecuaba a la implementación de esta tendencia en este mundo saturado con tanta tecnología. Un blog en el que la creatividad nos podía ayudar a decorarlo, elegir, y adecuarlos de acuerdo a nuestra personalidad y bajo flexibles patrones.

Un blog que se traducía en verbalidad y ejemplos visuales a la hora de presentarlo frente al resto de la clase.

Una buena idea de aprender diferentes temas empresariales de una forma moderna y adecuada a nuestra generación. Quizás haya sido común escuchar que varios otros cursos también usaban esta implementación como un recurso para darle modernidad o conexión de actualidad entre profesor y alumno, pero que a veces, lo escribo sin dar total fe de ello, no era más que una saturación del medio.

Sin embargo en este curso, dado también el alto valor de la nota y la constancia por actualizarlo, un blog si podía ser una obligada tarea para compenetrarse y vivir junto a ella.


Junto a las infinitas lecturas del maestro Sun Tzu, el moderno didácta Benito Castro o su pupilo Capriotti, pudimos ver más, un poco proyectándose, en la realidad las enseñanzas del profesor Ibarra.

Que sufrimiento aquel parcial, volando entre la comida de Acurio y sus estrategias empresariales, escribiendo, razonando, analizando, recordando y volviendo a escribir para intentar entender que pudo tener algún resultado positivo tal sacrificio.

Igualmente con Susan Hoefken y el pulmón robado. Entre las críticas y los chistes, y la escritura larga y analítica de contrastar opiniones.

No me puedo quejar de la dinámica del curso, quizá a veces tediosa con las clases misa o la teoría abundante que se entendía a ritmo de la investigación del tema.

Ya no más stress y menos pesadillas, más nuevas técnicas bloggeras y conocimientos empresariales-comunicativos para así, sin querer, aprender varias lecciones que seguramente podrán trascender más lejos que de la soledad de un blog sino en nuestra vida práctica y en lo que buenamente venga.

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